domingo, 10 de abril de 2016

La línea roja para el pueblo está en la lucha contra la austeridad y la privatización de lo público en la formación de gobierno

E:\images.pngEl tablero político nacional lo vierte, después de 40 anodinos años por parte de los políticos mercenarios del sistema. La derecha recalcitrante sufre, ante la posibilidad de que la derecha del IBEX  tuerza la mano de la izquierda emergente, mientras la socialdemocracia neoliberal intenta mediáticamente, confundir, liar y mediatizar con la cantinela de siempre, no solo a las masas populares, sino especialmente a la militancia más activa, de la necesidad del gobierno de progreso con la derecha, para que no gobierne la conocida hasta ahora, derecha grosera y conservadora.
Resulta patético, ver como las dos únicas visiones que transmiten los medios privados y públicos de comunicación, favorecen las posiciones reaccionarias y groseras de las derechas y los neoliberales. Ver como los poderes del estado, con jueces a profesionales, con claros vínculos con los aparatos de los cuerpos represivos, se ponen al servicio de ellos y dictan sentencias tras sentencias, mandando a luchador@s del pueblo a la cárcel, multando y denigrando a las personas y al estado de derecho, dictando sentencias sin pruebas ninguna o falseadas e impidiendo las de la defensa. Esto nos sitúa al pueblo, en la realidad del tipo de sociedad que vivimos, de dictadura democrática burguesa capitalista.
También resulta patético el espectáculo de ver, cómo los salvadores de la patria del capital, quieren la formación de un gobierno rápido y continuista de las políticas de austeridad, obviando de forma aparentemente estoica, la continuada cascada de detenciones, encausamientos o aperturas de juicios, de las principales figuras políticas, tanto de las conservadoras como las neoliberales socialdemócratas. Tienen claro, que en última instancia, tienen la protección del aforamiento de su estado de derecho y del enriquecimiento mediante la corrupción. Esta es la cara oculta del sistema capitalista.
Al pueblo y las clases trabajadoras, lo que nos preocupa es ver, que lo que se está jugando en este partido de formación de gobierno, es a quien le toca aplicar los recortes de la troika. Las opciones mayoritarias en el parlamento, las que ostentan más de las tres cuartas partes del hemiciclo, son conscientes de que si en un futuro próximo quieren continuar con las políticas de austeridad, deben implicar a Podemos y a las confluencias en ello o alternativamente romperlas, mediante el acoso, la  represión o la creación de división interna. Se trata de anular la incipiente independencia política de la movilización obrera y popular, que se está desarrollando desde el año 2010.
Estando en el tiempo límite de la formación de gobierno y donde nos sitúa la actual correlación de fuerzas en el parlamento español, solo nos queda marcar las líneas rojas de demarcación de campos, y la realidad es que es muy limitada. Ha sido todo un éxito, que se haya sido capaz hasta ahora de aguantar el tipo y no haber caído en ninguna de las múltiples trampas y provocaciones, que la oligarquía imperialista española euroalemana han puesto al conjunto de Podemos y las confluencias, pero el único límite a no traspasar, está en no ser ejecutor por activa o pasiva, de las políticas de austeridad, recortes y privatizaciones contra el pueblo y los bienes públicos.
No estamos en la misma trampa que Syriza ha caído. Ellos cometieron el error de subestimar al enemigo principal: el sistema capitalista y a quienes lo gestionan, las oligarquías subordinadas al imperialismo euroalemán. Ahora con el gobierno en sus manos y con márgenes de maniobra política y económica muy limitada, solo les queda la posibilidad de ejecutar los recortes de la troika, de la manera más favorable a las clases más desfavorecidas y la esperanza de que se dé un cambio en la correlación de fuerzas, con la debilitación de  las fuerzas políticas euroalemanas. También, con el sueño del cambio en las fuerzas políticas que representan a las clases trabajadoras griegas, potenciándose un frente popular o de lo contrario, unas nuevas elecciones con la previsible derrota de Syriza y el triunfo más que posible, de las fuerzas derechistas euroalemanas y el fascismo.
Con la actual correlación de fuerzas, no se puede pedir una reversión de todo lo que se ejecutó por los gobiernos de políticas de austeridad, recortes y privatizaciones. En estas condiciones, habrá que ceder en lo superficial, para lograr lo básico. No importa ceder en que la reducción del déficit sea a un ritmo mayor, en que la reforma fiscal sea menos redistributiva, en limitar el gasto público a 60.000 millones o que la derogación de la reforma laboral solo se limite a la de Rajoy.
Lo básico para cumplir con el nivel político y de conciencia de las clases populares, es paralizar las políticas de austeridad, recortes y privatizaciones, con el desarrollo de un mínimo programa paliativo para los sectores más necesitados de las masas y de regeneración democrática. Si esto se acuerda, el resto es secundario, cuando no de plena nulidad política para los intereses de la oligarquía; pero tengamos claro que incluso esto tan básico, no lo van a permitir la mayoría parlamentaria euroalemana en el parlamento español, porque va contra la línea de flotación de la política de la troika.
Aún así tenemos que decir, que es imprescindible, que todo acuerdo sea con la participación de Podemos y las confluencias en el gobierno, con una participación presencial tal, que en caso de rompimiento del pacto, el cese de Podemos y las confluencias, obligue a unas nuevas elecciones o al consiguiente abrazo político público, de la socialdemocracia neoliberal con el ogro de la derecha conservadora, para la formación de un nuevo gobierno pro austeridad.
Pero siendo muy conscientes, de que cualquier opción por parte de Podemos y las confluencias, de permitir un gobierno pro austeridad por activa o pasiva, significará una derrota política para las fuerzas del pueblo emergentes. Significará también, haber cedido ante las presiones de las fuerzas conservadoras euroalemanas, debilitando de paso a los gobiernos progresistas de Grecia y Portugal.
Debemos combatir el pensamiento infantil de izquierdas entre nosotr@s, ese que está impregnado de sectarismo dogmático, que todo lo ve y lo decide en relación a sí mismo, exactamente como el pensamiento individualista del pequeño burgués, aunque no lo sea en la realidad; pero este pensamiento también era el hegemónico entre el pueblo hasta el año 2010, año que se inicia la desestabilización del tablero político español, esto no significa que el emergente sea el dominante, pero sí que es quien tiene la iniciativa, condición decisiva para la conquista de la hegemonía, e iniciativa que no se puede perder, por un mal gobierno del pueblo.  
Por eso l@s revolucionarios y l@s demócrata con dos dedos de frente, debemos partir del ser colectivo, de los intereses generales de las clases trabajadoras y el pueblo. Para lo que el pueblo no está preparado, porque no es consciente ni se moviliza por ello, como por ejemplo la salida del euro, no se puede asumir tácticamente como objetivo programático inmediato, solo partiendo de las masas, podemos encontrar el equilibrio entre nuestras ideas y las que nos plantean las necesidades de las masas. Pero cuando de nuevo a las masas, la oligarquía euroalemana les ajuste aún más el estado de bienestar con las políticas austericidas, pongámoslas encima de las mesas, porque estarán en el debate de las calles, plazas, centros de trabajo y de estudio. En nuestro terreno.
Debemos asumir conscientemente, que el pueblo no está preparado todavía para asaltar el cielo, por lo tanto no podemos pedir el cielo, el pueblo solo pide mayoritariamente en estos momentos mantener el estado del bienestar, pues esto se consigue con la paralización de las políticas de austeridad, recortes y privatizaciones, pero debemos ser conscientes, de que no nos lo van a permitir.
Sólo cuando la movilización de las masas como en el 2010, salten de nuevo a las calles, reclamando pan, trabajo y libertad, podremos salir del pantano que la desmovilización no dejó en el 2014 después de las elecciones europeas, conscientes también de que el plan B, lo van a plantear las propias masas desde la movilización, igual que cuando nos sorprendieron en el 2010.
Solo el nivel de la movilización del pueblo y los resultados electorales en estos momentos, nos dará el punto claro de la correlación de fuerzas. Y no debemos temer nada, el gobierno que salga de aquí, ya sea de esta convocatoria, como de otra nueva (se decidirá desde las encuestas, según lo que aparente ser más favorable para ellos) será el que aplique los recortes del déficit, que según el gobierno es de 10.000 millones de € y según la troika, se superan los 20.000 millones.
La pelea de Podemos y las confluencias en esta batalla, es como salir de ella sin que seamos los responsables del desgobierno y de la responsabilidad del déficit que a esta crisis están imputando. El juego lo deben decidir aquellos que de acuerdo con las políticas de austeridad, tienen más de las tres cuartas partes del hemiciclo, como son las derechas conservadoras y las neoliberales socialdemócratas.
Si los socialistas quisieran romper con su pasado  de políticas austericidas como en Portugal, bienvenidos, a un gobierno a la portuguesa bajo la base de no más austeridad, no más recortes, no más privatizaciones, con medidas paliativas inmediatas para los sectores más desfavorecidos y regeneración democrática. El resto a la lucha de clases, ha organizar la movilización desde las organizaciones obreras y del pueblo, en las plazas, centros de trabajo, de estudio y tod@s juntos a tomar las calles, construyendo frentes y complicidades con los gobiernos y fuerzas progresistas de Europa.
Círculos Comunistas por la Confluencia Popular                   Abril de 2016