jueves, 29 de enero de 2015

Aportación al debate de la unidad comunista


El dogmatismo y el infantilismo de izquierdas  lastran la confluencia de los comunistas.

Este mes de diciembre pasado, organizamos la Plataforma Comunista, el último acto político con Iniciativa Comunista dentro de la campaña de conocimiento de los distintos grupos, con la presencia de F. Pianiski, anteriormente Red Roja con Nines Maestro y Unión Proletaria, hoy integrada en el Partido del Trabajo Democrático, con la intervención de Miguel Ángel Villalón actual Secretario general del PTD. Realizado este acto y desde la experiencia que la Plataforma tenemos por nuestra militancia pasada en el PCPE, estamos en condiciones de situar en el debate de la unidad, los elementos centrales de su estado entre los distintos destacamentos citados, sacando como conclusión el título arriba reseñado.

Política de masas, unidad comunistga y líneas de demarcación en el proceso revolucionario. En este artículo publicado en ASTURBULLA en julio del año pasado, concretábamos las cinco principales líneas de demarcación en el proceso de confluencia y unidad de los comunistas, no planteamos ninguna jerarquía, en cuanto que en cuatro de ellas, la no coincidencia implicaría una frontal lucha de líneas política e ideológica donde el único final posible sería la ruptura, situamos como quinta, la línea política de masas desde el trabajo en las organizaciones de masas, que al no ser solo un concepto teórico, sino también metodológico y de praxis, no antagoniza la contradicción sino que la sitúa en el ámbito del debate entre y con las masas en las organizaciones de masas, esta línea de demarcación lo dejaremos para el final, ya que así sirve mejor a los objetivos del posicionamiento.

El antagonismo sectario que tergiversa lo que nos une, negando a los demás para vernos como contrarios.

Las primeras organizaciones comunistas revolucionarias que pretenden romper con el revisionismo instaurado por el XX Congreso del PCUS en el 1956 en el estado español, vienen  del proceso de ruptura del movimiento comunista internacional de los años 60, desde entonces, las consecuencias de un proceso histórico de continuado retroceso y aislamiento en la presencia y representatividad de los marxistas leninistas, se han ido acumulando según se consolidaba el estado de bienestar pactado por el PCE y el PSOE con la oligarquía dominante durante la transición democrática en España, en los últimos años de la década de los setenta.

Estas consecuencias son las que hoy lastramos de infantilismo de izquierdas y dogmatismo revisionista, en muchos casos, ambas posiciones juntas rozando la metafísica y en algunos casos instaurándose en ella, concretándose orgánicamente en una atomización y miniaturización de los destacamentos marxistas leninistas.

Con la ruptura de los pactos de la transición (estado de bienestar) por la ofensiva de la oligarquía imperialista, se provoca la ruptura del bipartidismo por la irrupción electoral de Podemos y el mantenimiento de IU, EQUO, Bildu junto a otros grupos nacionalistas de izquierdas, toca a los que nos reivindicamos del marxismo leninismo, ajustarnos nuestras cuentas partiendo de lo que nos une y trabajar por la confluencia y la unidad.

La experiencia acumulada en nuestra relación con la militancia de otros destacamentos comunistas, nos advierten de defectos que revisan las posiciones de nuestros clásicos, quizás el más grave, es la distorsión que con el tiempo se ha desarrollado, sobre lo que los marxistas leninistas bajo la experiencia de la dictadura franquista llamábamos trabajo o línea de masas, siempre centrado en las organizaciones sindicales y vecinales, en los centros de trabajo, sectores de producción, barrios y pueblos, independientemente de las ideologías dominantes en su interior.

Para estos mismos destacamentos o en su caso sus descendientes políticos, el trabajo de “masas” pasa por la participación en plataformas políticas y movimientos de todo tipo, en cambio, el trabajo en las organizaciones de masas  copadas por los reformistas, se considera colaboración con el oportunismo burgués, negando con esta actitud el trabajo cotidiano de lucha por la hegemonía en la clase obrera, en los centros de producción y barrios.  

Dan  a esta intervención, el carácter de construcción de unidad popular y como principal manera de relacionarse con la clase obrera y el pueblo, confrontando con estos instrumentos tan débiles con la burguesía dominante. Su símbolo de pureza revolucionaria la centran en la exclusividad de su trabajo con los sectores politizados mayoritariamente jóvenes y radicalizados, y toda participación en otros sectores es dejación de oportunidades en la construcción de partido, tergiversando las visiones históricas de nuestros clásicos y la experiencia de lucha en el estado español, de la construcción de un fuerte movimiento obrero sindical y vecinal por los comunistas bajo la dictadura franquista, creando al mismo tiempo partido desde el trabajo práctico y no desde el voluntarismo.

La primera línea de demarcación que nos planteamos en la unidad con los distintos grupos comunistas, es la concreción del no al pago de la deuda.

La consigna encierra  la construcción de la táctica, tanto como instrumento de confluencia en la lucha de los comunistas, como de construcción en el día a día de los objetivos estratégicos, actuar de forma científica no es tener ideas geniales sobre la unidad popular, es ser capaz de construirla en un proceso con participación de las masas obreras, situando objetivos a medio y largo plazo y aquí situamos el debate sobre la táctica.

Todos  sabemos, que el pago de la deuda privada de la banca y empresarios por la clase obrera y el pueblo, una vez convertida en déficit público, es la parte fundamental de la estrategia de la oligarquía imperialista española de acumulación de capital para su dominación, por lo tanto la potenciación de toda movilización de las masas obreras y populares, que conlleven en su totalidad o en parte, un enfrentamiento con este objetivo del capital, debe ser una movilización apoyada tácticamente desde los destacamentos comunistas.

Desde esta premisa podemos decir, que hay plena coincidencia con Iniciativa Comunista, Red Roja, PCPE y PTD, pero desde el plano de la movilización concreta (la táctica) la cuestión se vuelve más compleja; con Red Roja e Iniciativa Comunista coincidiríamos en espacios como el 22M, siempre que se excluya de él la participación de los sindicatos mayoritarios y que no sean hegemonizados por IU o Podemos, participar en esta situación se consideraría, en el mejor de los casos, una pérdida de tiempo. La coincidencia en la táctica desaparece por entender que las pretensiones del reformismo es engañar a la gente y no, que la agudización de la lucha de clases obliga al pensamiento pequeño burgués a radicalizar su mensaje, porque así lo pide su entorno social.

Con el PCPE solo podemos coincidir en el plano teórico, ya que al considerar estos movimientos espontáneos, independientemente de la coincidencia táctica en los objetivos, como movimientos instrumentalizados por la burguesía o el reformismo los rechazan frontalmente. Ellos solo confían en la movilización que ellos promueven con garantía de pureza total de sus objetivos políticos.

El espacio compartido en la táctica lo tenemos con el PTD, coincidiendo tanto en el apoyo al 22M, a los distintos frentes del 15M, a las movilizaciones de la “cumbre social” o de los sindicatos mayoritarios contra los recortes sociales. Evidentemente como los demás destacamentos comunistas, sin dejación de los principios y objetivos.

La misma divergencia la tenemos en el plano electoral, tácticamente, el apoyo a todas las fuerzas políticas reformistas hegemónicas entre las masas obreras y populares, con capacidad de representación electoral, que puedan confrontar con la política de recortes del gobierno del capital en todo o en una parte, son claves para reducir el impacto en las instituciones que nos gobiernan de la estrategia bipartidista dominante. En esta línea situamos a IU, Podemos, EQUO, Bildu, CUP, ER y otros grupos, que supieron recoger la indignación de las masas obreras y populares ante los recortes y la corrupción de los gobiernos y de la política. Este apoyo debe favorecer la ruptura del bipartidismo dominante desde la transición política, como base fundamental de aplicación de la estrategia de dominación de la oligarquía, desde el apoyo electoral como base de justificación democrática.

El resultado es similar al de la movilización social, Iniciativa Comunista y Red Roja se abstienen en las campañas electorales, no importa la coincidencia táctica en objetivos que no sean planteados al 100%, el posicionamiento de principios lo marca, ya que ninguno de estos grupos reformistas sitúan como puntos clave, objetivos más estratégicos o de táctica a más largo plazo, como es la salida del euro, de la Europa del capital y de la OTAN.

El PCPE nos sigue garantizando, que solo ellos cumplen todos estos requisitos, los inmediatos y a largo plazo, pero nunca junto al reformismo aliado del capital ni junto a las masas atrasadas, presentándose a las elecciones en soledad y evidentemente sin influir en el día a día (con la táctica) en las contradicciones del sistema, como si no existieran las contradicciones o como mucho solo la principal.

La coincidencia entre el PTD y la Plataforma Comunista es amplia, en la campaña electoral europea pedimos el voto de los trabajadores para aquellos partidos que combaten con más o menos fortuna los recortes a la clase obrera por el capital, rompiéndose por primera vez el bipartidismo que nos gobierna.

La segunda línea de demarcación sitúa la principal contradicción a nivel internacional, entre el imperialismo agresivo actualmente dominante de EE.UU y sus aliados y los países agredidos en su soberanía.

Creemos que esta síntesis recoge los principios de la solidaridad y el internacionalismo proletario, sin marcar diferencias por el carácter de clase de los distintos sistemas políticos de los estados y pueblos, teniendo aquí plena coincidencia teórica con Iniciativa Comunista, Red Roja y PTD; en general solemos situar a los distintos estados y pueblos nuestra solidaridad desde ésta contradicción principal internacional.

Pero con el PCPE surgen distensiones, percibidas durante la intervención de la potencia económica y militar emergente de Rusia en Ucrania (potencia emergente en cuanto su oligarquía fue capaz de independizarse del imperialismo yanqui, desarrollando de forma independiente su economía y no bajo los dictados del FMI) el matiz es importante, no por la crítica a Rusia (si cabe aquí) de potencia económica y militar, sino por situar al mismo nivel de peligrosidad, la estrategia defensiva de Rusia ante la agresión militar y económica sufrida, que la política imperialista agresora de EE.UU, Europa y otros países. Este matiz cruza la raya y desde luego, con esta crítica el PCPE no se sitúa en un campo de independencia política de las distintas potencias imperialistas o económicas como ellos pretenden hacer ver, sino que se sitúan en un campo bajo las influencias del imperialismo occidental, que debilita y divide el frente antiimperialista que lucha contra las agresiones del imperialismo dominante y agresivo hegemonizado por EE.UU.

Se repite la situación con la táctica por parte de Iniciativa Comunista, Red Roja y PCPE por su aislamiento de las masas. Para debilitar la estrategia peligrosa e imperialista de EE.UU que nos lleva a la guerra, queramos o no, la confluencia pasa por unirnos en la movilización junto a Podemos, Izquierda Unida, EQUO, CC.OO, UGT  y demás, junto a las plataformas y movimientos que ellos y nosotros generamos, en una movilización contra la guerra imperialista, que como táctica para sumar es lo normal y como objetivo imprescindible.

Desde esta visión de utilización de la táctica para alcanzar los objetivos estratégicos, nos volvemos a encontrar en la movilización de las masas junto a los reformistas, el PTD y la Plataforma Comunista.

La tercera línea de demarcación, la conquista del socialismo como única revolución pendiente.  

Que todos coincidimos en que el objetivo final es la conquista del socialismo como única revolución pendiente, es una obviedad teórica, la coincidencia es plena con Iniciativa Comunista, Red Roja, PCPE y PTD, pero de nuevo las divergencias surgen en el día a día. Con el PCPE desaparecen todas las coincidencias, no existe la táctica porque no existen  aliados, ni otros grupos comunistas, el socialismo es el socialismo y no existen atajos ni componendas con otros grupos ni clases sociales, para ellos, la única república la socialista, etapas intermedias ¿para qué?

Con Iniciativa Comunista y Red Roja, las coincidencias tácticas son más amplias, pero se van diluyendo según van acumulándose reformistas en las convocatorias, es decir, Podemos, Izquierda Unida, CC.OO, UGT o sus plataformas, no es que no vean plazos según las correlaciones de fuerzas, es que a los que las masas actualmente apoyan y representan con opciones de gobierno, para ellos solo son unos reformistas vendidos al capital.

Con  el PTD hemos compartido no solo posición, sino también la representación, al excluirnos voluntariamente de la participación en las distintas plataformas políticas unitarias, evitando la sopa de letra de comunistas, al vernos suficientemente representados por Iniciativa Comunista y el PTD.

Como cuarta línea de demarcación, el sistema democrático de relación orgánica: el centralismo democrático.

La principal característica del revisionismo, es que para aplicar el oportunismo político desde los dogmas, necesita quitar al centralismo la democracia. Para los dirigentes soviéticos salientes del XX congreso del PCUS en 1956, el comunismo ya estaba instaurado en la Unión Soviética superándose la lucha de clases, hoy ya está demostrado, no que no existía el comunismo en la URSS, sino que era un dogma. En el PCE, los revisionistas españoles para poder imponer el dogma de la superación de la lucha de clases en la transición, anularon la democracia del centralismo, desangrándolo de la militancia más honesta y culta con exclusiones y expulsiones.

Dicho esto, vemos que todos los destacamentos, Iniciativa Comunista, Red Roja, PCPE y PTD, parten de la defensa del centralismo democrático como funcionamiento interno, compartiendo rasgos comunes.

Bajo nuestro criterio, la dirección ejecutiva del PCPE desarrolló a partir del 2008 (paralelo a la constatación de la tremenda recesión económica global del capitalismo) una deriva autoritaria revisionista interna, necesaria para consolidar los dos principales dogmas que a partir de ese momento nutre su estrategia política, la teoría de que ellos ya son el Partido Comunista en España y que la conquista del socialismo es solo un problema de confianza de la clase obrera en su partido, para ello como sus predecesores en el PCE, no dudaron en desarrollar el ejercicio interno de la exclusión, la marginación y la expulsión. Las consecuencias son, que en todos los destacamentos comunistas actuales, hay antiguos militantes de este partido.

La experiencia con Red Roja, aplicando el centralismo democrático de forma abierta y desde el respeto a las experiencias y procedencias históricas de cada núcleo adscrito a la Coordinadora estatal son muy positivas, la cuestión que oscurece su funcionamiento, deriva posiblemente de cierta dualidad de dirigentes y  militantes por su adscripción o relación con el círculo inicial constructor o núcleo duro del partido. Lo cual conlleva pronunciamientos y desarrollos de experiencias no debatidas ni consensuadas en los órganos de dirección y coordinación por los distintos núcleos adscritos a Red Roja.

No vemos que se puedan dar, dos aplicaciones diferenciadas del centralismo democrático en una misma organización, la relación horizontal de confianza entre militantes y dirigentes de un mismo partido, no pueden generar mecanismos de acuerdos ni decisiones por encima de los órganos de decisión del partido.

Desde el desconocimiento del funcionamiento interno de Iniciativa Comunista, creemos que la claridad, confianza y respeto por la militancia, está ligada al funcionamiento del centralismo democrático, por eso pensamos, que el secretismo con la realización del IV Congreso de Iniciativa Comunista y su ocultación (con sus justificaciones) al conjunto de los destacamentos comunistas implica un déficit democrático.

El secretismo en el funcionamiento interno de una organización democrática, solo sirve para la ocultación de realidades internas y si conlleva la exigencia de una disciplina rígida en la relación de camaradería entre militantes de distintos destacamentos comunistas, solo siembra recelos. Solo la confianza y el respeto a los demás destacamentos, puede abrir el proceso de debate y confluencia de los comunistas, para ello el centralismo democrático tiene que tener un funcionamiento claro y abierto al conocimiento del resto de la militancia comunista, el movimiento comunista lo formamos todos, el error de uno nos afecta a todos.

Con la militancia del PTD llevamos años compartiendo trabajo de masas en la CSI y debates sobre la problemática de Asturias, participan en nuestras asambleas, sus reflexiones son públicas y compartidas con nosotros tanto la experiencia del núcleo proveniente de Unión Proletaria con el PCPE,  como con las del resto de sus componentes, tenemos muchas coincidencias en las explicaciones y visiones que tienen del centralismo democrático. Creemos que la experiencia unitaria de Mesa de Coordinación Comunista que estamos desarrollando con ellos, son vitales para el futuro, por el conocimiento mutuo y la confianza que crea.

Quinta línea de demarcación: la línea de masas como instrumento de trabajo en las organizaciones de masas.

Decíamos cuando acordamos esta definición, que no hay posibilidad de elaborar una teoría revolucionaria sin estar en la realidad concreta que viven las masas que deben hacer la revolución, y que la gran línea de masas que aupó al PCE a la hegemonía en la transición, no vino dada por la aportación de la dirección del PCE en el exilio, sino por la apuesta de los dirigentes del interior, de dirigir el movimiento de las comisiones obreras y vecinales, que surgía de lo más profundo de las necesidades de la clase trabajadora en las fábricas, centros de trabajo, sectores, barrios y pueblos, por la línea de masas heredada del Partido Comunista de España de José Díaz.

En este planteamiento, la divergencia con Iniciativa Comunista, Red Roja y PCPE, se sitúan con nuestra concepción de línea política de masas, de la necesidad de militar y trabajar en la actualidad, en todos los sindicatos de masas, reformistas y radicales, en el centro de trabajo, sección sindical y sector del sindicato que mejor se valore, junto al movimiento en barrios, como planteamiento táctico a largo plazo, de construcción de la unidad de la clase obrera para la unidad sindical y la unidad popular, con la construcción de partido.

El PCPE, no entra en que sindicato debe estar el militante, solo contempla que tiene que formar parte de los Comités de Unidad Obrera, que es una construcción diferenciada de los sindicatos, con lo que más bien, dan la impresión que instrumentalizan a los que participan, relacionándolos directamente con el partido.

Con Iniciativa Comunista y Red Roja, coincidimos en el trabajo en los sindicatos alternativos o radicales, pero ellos  desde un planteamiento de segundo plano, no como eje central del trabajo de masas, sino como cierta necesidad asumida históricamente por la clase obrera en la defensa de sus intereses económicos, rechazando de plano la intervención y afiliación en los sindicatos mayoritarios CC.OO y UGT. Red Roja también incorpora en su planteamiento la creación de Comités Contra la Crisis en los centros de trabajo, sectores y por extensión barrios y pueblos, en contraposición a los sindicatos tanto reformistas como alternativos.

La Plataforma Comunista y el PTD, relacionamos directamente la línea política de masas con el trabajo en las organizaciones de masas, tanto en las radicales como las que están bajo el dominio del reformismo, de hecho, es la base del acuerdo de creación de la Mesa de Coordinación Comunista.

Para nosotros, el trabajo en las organizaciones de masas de centros de trabajo, sectores, barrios y pueblos, desde la línea de masas, forma parte principal de la estrategia revolucionaria para la conquista del poder. Con la creación de instrumentos de referencia orgánica de la clase obrera y el pueblo, sindical, vecinal y  de partido, construimos los elementos centrales del poder popular futuro, para situarlo como alternativo al poder institucional parlamentario de la burguesía (actualmente hegemónico entre las masas) desarrollando en paralelo, los principios y bases de la teoría revolucionaria para transformar la realidad política y económica actual, siempre asentados sobre la base de la unidad de la clase obrera y la unidad del pueblo como principios de la estrategia.

Construir las bases de esta unidad estratégica de la clase obrera y el pueblo, que hoy transita mayoritariamente bajo la influencia del pensamiento pequeño burgués, es el objetivo de la línea política de masas de trabajo en las organizaciones de masas, y de ahí, la táctica de unir en lo concreto desde los centros de trabajo, sectores, barrios y pueblos, a la clase obrera y al pueblo en la lucha reivindicativa de pequeñas reformas y conquistas económicas o sociales, que confronten con la política de recortes del gobierno, para pagar la deuda de la banca y empresas del capital, uniéndola pacientemente con el discurso día tras día, a que la única alternativa que tenemos la clase obrera para tener derechos sin guerras y explotación es el socialismo. Para nosotros la unidad obrera y popular, sola es unidad si viene organizada desde la base, unidad orgánica para la movilización y el combate, que van conformando la unidad popular a través de sus organizaciones políticas y de masas.          

Iniciativa Comunista, Red Roja y PCPE, tienen una coincidencia bastante amplia en saltarse la táctica, solo el sectarismo heredado por el aislamiento histórico de las masas que arrastramos los marxistas leninistas, impide que estos partidos tengan una relación más amplia entre sí y con los demás, este comportamiento al que ellos se han condenado para ser consecuentes con el no reconocimiento como comunistas a los demás, es un circulo vicioso como el de la pescadilla que se muerde el rabo, impidiendo la relación y unidad entre comunistas.

La movilización de masas está mayoritariamente paralizada, esperando  que los resultados electorales de este año resuelvan los problemas que las políticas reaccionarias del actual gobierno provocan entre las clases populares, sintetiza este sueño del pueblo entorno al triunfo electoral de Podemos, Izquierda Unida y el nacionalismo de izquierdas, la influencia entre las masas del instrumentos de la clase dominante de poder, del parlamentarismo burgués. Por eso el gobierno, baja los impuestos directos al pueblo y da dinero a la banca y a los medios empresariales de comunicación, para que siembren brotes verdes en este año electoral, para así poder mantener su hegemonía, los comunistas tendremos que aprovechar para trabajar por nuestra confluencia y unidad para el futuro poselectoral de combate que se nos presenta. Que sirvan estas reflexiones críticas sobre el estado del movimiento comunista en el estado español, para un mejor debate y una mayor comprensión entre  comunistas.

Plataforma Comunista. Enero de 2015